Las filmaciones muestran parte del festejo organizado por el cumpleaños de Fabiola Yañez en julio de 2020, en pleno aislamiento obligatorio.

  En las imágenes se lo puede observar al Presidente de la Nación participando del festejo e incumpliendo la ley que él mismo impuso.

 El repudio en las redes sociales ha sido generalizado. Aquella acción que el primer mandatario definió como “un error” ha deteriorado aun más su imagen -que ya venía en franca caída- y, según manifiestan algunas encuestas, un porcentaje muy elevado de los argentinos “descree absolutamente de la palabra de Fernández”.

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escandalo en olivos

 

Luego del escándalo que estalló con la viralización de la foto del festejo de cumpleaños de Fabiola Yañez en la Quinta de Olivos cuando en el Área Metropolitana de Buenos Aires se encontraba en alerta epidemiológica y regía una estricta cuarentena, hoy aparecieron dos videos de la misma reunión, celebrada el 14 de julio del año pasado.

En el primero de los videos los invitados a la cena, todos ellos sin barbijo incluido Alberto Fernández, le cantan el feliz cumpleaños a la Primera Dama, quien al terminar la canción sopla una vela y luego agradece los aplausos y las muestras de afecto.

“¡Gracias!”, exclama Yañez, agitando las manos en alto con una mueca de felicidad, aunque aclarando que no se pueden saludar con un abrazo a raíz de la pandemia.

De fondo se escuchan los ladridos del perro presidencial, Dylan, quien da vueltas por el comedor mientras la decena de invitados celebran con copas de champagne.

 

En el segundo video, la pareja del presidente sigue agradeciendo y choca su copa con la de los invitados, que se levantan de sus sillas para ir al encuentro de la agasajada.

Mientras, Alberto Fernández observa la situación sentado a la mesa.

 

La polémica por la fiesta de cumpleaños en plena pandemia, contradiciendo el decreto presidencial que establecía estrictas normas de aislamiento social, preventivo y obligatorio, derivó en la indignación de la oposición que reaccionó con pedidos de juicio político y todo tipo de recriminaciones públicas.

En una primera instancia, el presidente había desmentido la veracidad de las acusaciones pero cuando apareció una segunda foto, más contundente que la primera, no le quedó más remedio que admitir el hecho había sucedido y que había sido un “error”.