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  La candidata del oficialismo se impuso por el 55,15% de los votos, transformándose en la primera intendente mujer de la ciudad.

  Muchos serán los análisis que deberán hacer en la oposición donde hasta horas antes del cierre de los comicios vaticinaban un triunfo. El gran ganador resultó ser Pedro Dellarossa y desde la mesa provincial de Juntos por el Cambio deberán mirarlo con especial atención y consideración.

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Por Fernando Molina

 

Si bien de un tiempo a esta parte todos miramos de reojo a las encuestas, es una realidad que ni propios ni extraños imaginaban una victoria tan contundente del oficialismo.

Los resultados finales indicaron que Sara Majorel, de Juntos por el Cambio, se impuso por el 55,15% con 8.965 sufragios, seguida por la candidata De Unidos por Marcos Juárez, Verónica Crescente, con 6.257 votos, el 38,49%.

Además, Guillermo Massa de Encuentro Vecinal Córdoba obtuvo el 2.28% con 370 votos y Nicolás Barrera, del Partido Laborista, se quedó con 232 votos, el 1,43% de los sufragios.

Cuando comenzaron los primeros sondeos, la que mejor estaba posicionada respecto a la consideración de la gente era Verónica Crescente, la funcionaria quizás con más alto perfil y quien jugó un rol protagónico durante la pandemia. La entonces Secretaria General de Servicios le manifestó al intendente su deseo de ser candidata y a partir de ese momento todo devino en una serie de hechos inesperados y en una campaña que ni el más aventurado guionista hubiese imaginado.

Dellarossa estiró al máximo la decisión y, finalmente, optó por Majorel, argumentando que era “el equipo” quien quería que fuese la Presidenta del Concejo Deliberante quien represente al espacio en la contienda electoral. Crescente no solo renunció a su cargo (tras haber sido vaciada de poder de puertas adentro de la municipalidad) sino que se fue del espacio. Un par de días después, la nutricionista anunciaba su regreso a la Unión Vecinal y en una jugada que le trajo aparejadas algunas críticas, el peronismo cordobés relegó a su candidato (Eduardo Foresi) para consagrar la Fórmula con Crescente a la cabeza y el Director del Hospital en el primer lugar de la lista de concejales.

A partir de allí, las encuestas empezaron a jugar un rol protagónico. En todo momento la ubicaban a la exfuncionaria de Dellarossa en la primera ubicación. La imagen de quien había sido la cara más visible del municipio durante la pandemia crecía en la consideración de los marcosjuarenses, de la mano de una fuerte movida publicitaria y del apoyo permanente de los funcionarios de Hacemos por Córdoba con, ni más ni menos, que el gobernador a la cabeza.

Por su parte, en Juntos por el Cambio decían presente algunas figuras provinciales, tal es el caso de Luis Juez, Rodrigo De Loredo, etc. pero en voz baja murmuraban en contra de la decisión de Dellarossa y le cuestionaban no haber inclinado la balanza hacia la persona que, en teoría, mejor medía.

Así las cosas, el primer mandatario municipal se cargó la campaña al hombro, se puso las zapatillas blancas y empezó a caminar la ciudad de punta a punta junto a la militancia. Barrio por barrio, puerta por puerta. La mesa provincial de Juntos por el Cambio se encolumnó tras la dupla marcosjuarense y, pese a las grandes diferencias internas, todos llegaron a la ciudad para brindar apoyo.

Cuando la campaña transcurría entre propuestas y presentación de listas de un lado y otro, fue el mismo expresidente Macri quien llegó a la ciudad y le puso un poco de picante. Apuntó contra Crescente cuando dijo que “claramente ella no tenía los mismos valores” y les pidió a los marcosjuarenses que “si no está roto, no lo arreglen”, significando que las cosas en la ciudad estaban muy bien y que había que seguir por el mismo camino. Cabe recordar que las encuestas decían que el 77% de los vecinos aprueban la gestión del actual intendente.

En tanto, en el local de “Unidos” seguían las “buenas noticias” con respecto a los números, incluso fue la misma Crescente quien dijo en una nota para este medio que la diferencia ya era “irreversible”.

Así llegó el cierre de campañas. En la mañana del jueves el Jefe de Gobierno Porteño, Horacio Rodríguez Larreta, llegó a la ciudad. Habló de la muy buena gestión de Pedro -Dellarossa- e hizo hincapié en la importancia simbólica de los comicios en Marcos Juárez que dieron en llamar el KM cero del Cambio, sosteniendo la estrategia de nacionalización.

Luego, quien arribó fue el Gobernador Scharetti, pero en este caso con una visita que se extendió a lo largo de todo el día. El primer mandatario provincial recorrió los barrios, dio una conferencia de prensa en la que tiró munición gruesa contra los referentes del pro manifestando que “algunos vienen cada cuatro años a pedir votos y después desaparecen”, para cerrar con un multitudinario acto en Blest que más pareció el festejo de un triunfo.

Con todo lo antes mencionado, Dellarossa se jugaba mucho más que una elección. Está más que claro que si el Schiarettismo lograba arrebatarle el “km 0” de Juntos por el Cambio, el actual intendente se iba a transformar en el mariscal de la derrota. Alguien cercano al primer mandatario municipal, y que lo conoce mucho, le dijo a este medio. “Si pierden, Pedro el lunes le hecha la culpa al equipo”, pero aunque así fuese todo el arco político le iba a facturar al primer intendente Pro haber “rifado” la elección que mucho tiene de simbólica para los amarillos.

Finalmente, ocurrió todo lo contrario. No solo el oficialismo ganó la elección, sino que lo hizo de manera contundente, sacándole 17 puntos a Unidos con una cosecha de casi 9 mil votos.

Cuando parecía que Dellarossa iba a ser el receptor de todas las críticas y las miradas, el hijo de Henry terminó siendo quien más ganó. El 10 de diciembre le entregará la intendencia a su elegida y cerrará una gestión exitosa de ocho años.

Teléfono para la mesa provincial de Juntos por el Cambio. Dellarossa tiene un par de medallas colgadas para mostrar. Fue el primer intendente Pro de la provincia. Allá por 2018, cuando Macri transitaba el peor momento de su Presidencia, se impuso contundentemente en las urnas en la única elección diferenciada del país. Cierra un mandato de 8 años con más del 70% de aprobación de los vecinos y como si todo eso fuera poco le propina una paliza electoral a la candidata patrocinada por Schiaretti.

Más allá de los candidatos más taquilleros que pelean por la candidatura a la gobernación, ¿Juntos por el Cambio Cordobés tiene otros dirigentes con más medallas que Dellarossa? Atentos.