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  En otra época, el arribo al gobierno de un nuevo Jefe de Gabinete era ni más ni menos que la noticia del día. La foto de tapa. Se solían leer títulos que hablaban de “refundación”, etc. Pero nada de eso ocurrió con la asunción de Rossi al frente del gabinete nacional. El fiel reflejo de un gobierno desgastado y donde toda discusión gira solo en torno a las candidaturas. ¿Expectativa para el ciudadano de a pie? No, ninguna.

 

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Por Fernando Molina

  En la jornada de ayer el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, le tomó juramento como Jefe de Gabinete de Ministros a un viejo conocido: Agustín Rossi.

El santafesino reemplazará al Ministro saliente Juan Manzur, quien regresa a Tucumán para reasumir la gobernación y ponerse al frente de la campaña provincial, en la que aspira a ser vicegobernador. Sí, claramente. El popular conchabo que le garantice la permanencia y seguir (y seguir) disfrutando de los privilegios de la política.

Nada nuevo bajo el sol. Si de conchabos hablamos, pululan los ejemplos por doquier en la política argentina y en cada uno de los estamentos. Nacionales, provinciales y nosotros también, aquí en Marcos Juárez, tenemos algunos ejemplos de caras que se repiten y se repiten.

En otra época, el arribo al gobierno de un nuevo Jefe de Gabinete era ni más ni menos que la noticia del día. La foto de tapa. Se solían leer títulos que hablaban de “refundación”, etc. Pero nada de eso ocurrió con la asunción de Rossi al frente del gabinete nacional (algunos medios ni siquiera lo publicaron). El fiel reflejo de un gobierno desgastado y donde toda discusión gira solo en torno a las candidaturas.

Si alguien le había perdido el rastro al “Chivo” Rossi, les cuento que estaba al frente de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), la ex SIDE. Sí, ese organismo del Estado que se enteró por los diarios sobre la “Red de embarazadas rusas que arribaban al país para ser madres  y así conseguir la nacionalidad y el pasaporte para sus hijos y tramitarlo para ellas”.

Pero bueno, no debemos ser tan exigentes. Que Rossi no haya sido muy eficiente al frente de los espías, no significa que no haya trabajado bien para el país en otras funciones. Algunos pueden decir que fue un buen legislador…No, la verdad es que no se destacó demasiado. Otros podrán pensar que se impuso contundentemente en su provincia cada vez que se sometió a elecciones… No, tampoco. Ya sé, su gran virtud la demostró siendo Ministro de Defensa… No, Menos. Mala mía.

En fin, no nos pongamos tan puristas. No es una condición  sine qua non haber tenido un buen desempeño previo para ocupar cargos importantes en el Estado ¿Verdad?

Mientras tanto, volvieron a aumentar los combustibles, la inflación de enero fue del 6% y la anual acumulada del 100%. La canasta de alimentos es cada vez más inaccesible para gran parte de los argentinos. Empiezan las clases y el costo de los útiles escolares es espantoso… etc, etc, etc.

Pero tranquilo señor lector. Volvió Rossi, estamos salvados…