picnic del estudiante

…A pesar que la primavera suele envolvernos en viento y tierra, la cuestión no es meteorológica sino del alma. Y uno daría lo que tiene y lo que no, para estar un ratito más cantando junto a los compañeros de aquellos buenos viejos tiempos. Para jugar con ansiedad a la botella, o prenderse en el partidito de chicos contra chicas donde ellas te molían a patadas …

fer molina

Por Fernando Molina,

Director de SEMANARIO DIGITAL

 

¿Quién tiene un destapador? ¿Cómo diablos se abre esta lata de picadillo? ¿Quién trajo la pelota? Las preguntas repetidas en cada picnic del 21 allá por los ochenta o los noventa. Nada de celulares, ni playlist, ni auriculares inalámbricos. Sólo música en radiograbadores y con casettes. Algunos ya con doble casettera (súper sofisticados), y si no la radio que tanto nos hacía enojar cuando ponían más noticias que música. ¿Mejor? ¿Peor que ahora? No lo sé. Seguro distinto. No absolutamente; más lo suficiente para que miremos a lo lejos los comportamientos actuales con una mezcla de envidia y temor. Envidia por ya no ser y temor cuando ya papás se espera por la vuelta de los chicos. Conjuguemos verbos. “Chapar”, lo que sería más tarde “tranzar”. No se daba tan fácil. Pero sí se daba que aquellos que ya venían noviando cristalizaban el romance sin pudores debajo del sauce llorón que se ponía colorado en esas horas de viento y tierra a la vera del Río Cuarto. Calculo que acá habrá pasado lo mismo en el parquecito, en el laguito o en el Country de Argentino. En mis épocas de estudiante en Río Cuarto se acostumbraba a armar un muelle en el Río donde sonaba Roxette, Guns N´Roses, Soda Stéreo y la estructura del muelle parecía moverse al ritmo de moda. Los Auténticos Decadentes aparecían con “Vení Raquel” o “Loco tu forma de ser”, los de mi edad se estarán riendo, los más chicos no sabrán de qué hablo y los más grandes se deben acordar de sus hijos cuando estos eran adolescentes.

¡¡Ojalá ponga “Todo lo que hago lo hago por ti”, de Brian Adams..! Decía uno. Y el tema sonaba en la radio porque llevaba seis meses primero en el ranking de la LV 16. Y bailábamos, y había lentos. ¡Sí, había lentos¡ “Déjame llorar”, de Montaner, “Estoy enamorado”, de Donato y Stéfano”. Las manos de las colegialas en el pecho para que el tipito no se arrime demasiado ja.

Si no hay destapador que lo abra el especialista de los dientes de acero. Las gaseosas eran solamente con chapitas. Y al picadillo con un cuchillo, o de la impotencia quedaba la lata en la mochila para llevarla de vuelta a casa y nadie la usaría por los siglos de los siglos. Guitara, indispensable. Para que el más caradura acercara a Sui Generis y fuese el punta pie inicial para que el estudiante de folklore interprete la clásica “Zamba de mi esperanza”. Alguna cerveza por ahí también había, pero no tanto, porque si volvías a casa con olor a alcohol se complicaba…

Si en ese momento hubiésemos hecho una encuesta futurista de cómo serían los picnis en el 2023 nadie hubiese acertado. Porque la cosa no ha cambiado en la esencia (en los choris, en la guitarra, en la pelota) pero los agregados tecnológicos le han puesto una “comodidad” asombrosa al momento. La quita de valores e ideologías lo vació de cierto contenido melancólico y rebelde que hoy aprovechan los corruptos para llenarse los bolsillos. Nos hubiera parecido indigno e insultante, aún con diecisiete años, saber que un político cambiaba de partido, o si nos hubiese querido usar… Hoy eso es “normal” para sumar un votito más, preocupantemente normal.

La mochila cargadita y al Río, o al parque, o al lago, dependiendo del recuerdo de cada uno. La ceremonia del día más lindo de todos. A pesar que la primavera suele envolvernos en viento y tierra, la cuestión no es meteorológica sino del alma. Y uno daría lo que tiene y lo que no, para estar un ratito más cantando junto a los compañeros de aquellos buenos viejos tiempos. Para jugar con ansiedad a la botella, o prenderse en el partidito de chicos contra chicas donde ellas te molían a patadas … Y uno debe conformarse con mirar un poco. Y saber que como a nosotros, a los pibes de hoy el 21 de Septiembre los invita a adueñarse de la vida por un buen rato. Aún cuando tanto nosotros como ellos sepamos que en este país hasta la primavera es sospechosa… Pero afortunadamente esto es verdad. Es 21 y llegó la primavera. Y abundan los colores, y cambia el humor, y es como que todo se renueva.