Luego del incremento que comenzó en la hacienda y llegó a las góndolas la semana pasada, la cadena espera que el atraso de precios tenga una nueva corrección entre fines de septiembre y octubre.

  Sobre el impacto del aumento en el consumo, desde el sector dijeron: “Siempre ocurre primero cierto freno, pero después se observa que sigue siendo conveniente”.

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La suba de la carne, que fue noticia la semana pasada, sería la primera del semestre. El sector espera que haya otra recomposición en primavera que busque compensar el atraso que vienen mostrando los cortes vacunos el último año.

Es que frente a la inflación interanual del 115% que se registró en junio comparado con igual mes del año previo, la carne vacuna aumentó 73%. Advierten que, aunque eso es una buena noticia para el consumidor, el atraso de precios a la larga se convierte en un problema para la cadena que termina recortando oferta, y finalmente el impacto llega a los precios. Un efecto similar ocurrió desde 2009.

El vicepresidente de la Federación de Industrias Frigoríficas (Fifra), Daniel Urcía, remarcó: “La hacienda viene muy atrasada respecto al resto de los alimentos y por ende también los precios en las góndolas. Esta situación recién ahora, entre el último viernes de julio y la primera semana de agosto, impulsada por el dólar maíz, que fue un poco la gota que rebalsó el vaso por el impacto en los costos productivos, tuvo una leve modificación”.

En las últimas dos semanas, “el precio de la hacienda se movió y ahora llega a las góndolas, a las carnicerías. Esa suba está en torno al 20% y es parcial. Entendemos que la oferta es suficiente y que la verdadera recomposición del precio de la hacienda la seguimos viendo para la entrada de la primavera”, explicó Urcía.

Con respecto a lo que está pasando en la cadena cárnica, el representante de los frigoríficos explicó que “el efecto sequía hizo que existiera un cambio en el sistema productivo, con una menor recría, lo que aceleró el envío de animales a corrales y provocará una merma de oferta para el año próximo”.

Una vez superada esa abundante oferta podría haber más aumentos…

Naturalmente. Es un mercado de oferta y demanda, y el precio está absolutamente demostrado que lo forma el mercado, no hay incidencia alguna de las medidas restrictivas del Gobierno, como es la prohibición de exportación de cortes, los cupos. Por eso desde Fifra estamos teniendo reuniones con distintos candidatos planteando que tiene que haber eliminación de todas las restricciones porque el mercado local está muy bien abastecido. De hecho en el primer semestre hubo crecimiento de consumo en todas las carnes. Por lo tanto, en proteína animal el mercado está muy bien abastecido. Lo único que se logra con esas restricciones es quitarle competitividad al sector y fomentar un buen ambiente de negocios, de inversión.

Cómo está el sector productivo en este contexto…

Los precios bajos es buena noticia para el consumidor pero es mala para el sector productivo porque implica descapitalización. Y si no hay rentabilidad en el sector productivo no habrá inversión y eso generará caída de oferta y precios caros de la carne.

Lo que pasó hace 10 años…

Por supuesto. Tenemos hasta ejemplos en carne propia para poner con respecto a eso. No hay que repetir errores que nos generaron muchas dificultades. La prohibición de cortes, con el relato de cuidar la mesa de los argentinos, no tiene ese efecto y perjudica a los operadores. Lejos de promover la mayor eficiencia productiva que puede lograrse, lo achata, lo comprime, no se agrega más valor y más empleo. Eso hay que cambiarlo, sea quien sea el que gestione el próximo Gobierno.

¿La suba de la carne afectará el consumo?

Siempre ocurre primero cierto freno, pero después se observa que sigue siendo conveniente.