“En las familias con ingresos entre 80 mil y 120 mil pesos, se anulan los cortes vacunos y aparecen los menudos de pollo y las alitas”, dice un informe del Centro de Almaceneros de Córdoba. “No se comen frutas, sino papa, cebolla y zapallo”, agrega el escrito.

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ALIMENTOS INFLACION

 

Por la escalada inflacionaria, los hogares cordobeses de menores recursos, es decir aquellos que viven con ingresos que van desde los 80 mil a los 120 mil pesos, ya no consumen leche ni carne.

Además, reemplazaron los cortes vacunos por los menudos y las alitas de pollo.

Tampoco comen fruta y, en materia de verduras, recurren a la papa, la cebolla y el zapallo.

Los datos surgen de un relevamiento socioeconómico realizado por el Centro de Almaceneros de Córdoba y que fueron dados a conocer luego de que se difundiera el 7,7 por ciento de inflación a nivel nacional y el 7,99 por ciento en el orden provincial.

“Cuando realizamos la encuesta por ingresos monetarios y esto asociado a lo que eran sus consumos, todas las familias cordobesas manifestaron caídas abruptas en lo que significa la canasta ideal de consumo, siendo las más golpeadas las de los segmentos de menores ingresos entre 80 mil y 120 mil pesos”, dice el informe socioeconómico.

“Drásticos cambios, sobre todo casi se anuló tomar leche y consumir frutas prácticamente es inexistente en el segmento de menores ingresos”, agrega.

“En frutas y verduras solamente aparece el consumo de cebolla, papa y algo de zapallo”, indica.

“En los segmentos más bajos prácticamente se anula el consumo de carne vacuna y aparece el consumo de pollo, menudos y alitas”, acota.

El relevamiento está relacionado con el comparativo interanual que arrojó una caída en el consumo del 7,2 por ciento.

El índice inflacionario sigue subiendo y ahora la realidad acentúa los cambios de hábitos, en el sentido de que las familias vulnerables ya dejaron de consumir leche y carne, para poder hacer rendir los salarios.

La canasta básica alimentaria “aumentó más que la inflación, afectando principalmente a los segmentos de menores ingresos que tuvieron caídas abruptas en su consumo de alimentos, especialmente leche, carnes y frutas”.

“El consumo de carne vacuna fue reemplazado por el de pollo” en los segmentos de más bajos de ingresos.

Al dejar de consumir alimentos básicos, a raíz de la caída de los ingresos, se entra a la instancia de inseguridad alimentaria.