El valor de exportación especial fue lanzado hasta el 31 de agosto, pero la medida anunciada ayer, de llevar el tipo de cambio a 365,5 pesos, dejó a contramano los $ 340 del “dólar maíz”.

  La incertidumbre crece y los productores no le creen al gobierno y suponen que puede haber otra devaluación en el corto plazo. No hubo casi operaciones

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Al sorpresivo resultado electoral del domingo en las Paso, con el triunfo de Javier Milei, de La Libertad Avanza, le siguió ayer una sorpresiva medida económica por parte del Gobierno en línea con un reiterado reclamo del Fondo Monetario Internacional: la devaluación brusca del peso. Eso se complementó con un alza en la tasa de interés para los plazos fijos, con el doble objetivo de evitar el pase de pesos a dólares y además mejorar la forzada tensión en la balanza comercial, con un Banco Central sin reservas como consecuencia ineludible.

Esa batería de medidas tomadas el lunes a primera hora dejó sin vigencia, en los hechos, al denominado dólar agro y su específico dólar maíz. Es que el Gobierno había impulsado medidas parciales de devaluación como incentivo para alentar la exportación de granos: primero con las versiones de dólar soja y ahora con su par para el maíz y las economías regionales, con vigencia hasta el 31 de agosto.

Pero el atractivo puesto por el Ministerio de Economía era un dólar a 340 pesos cuando el oficial, sobre el que se fijan las liquidaciones de exportación e importación, figuraba por debajo de los $300. La mejora fue un anzuelo que sirvió en las primeras ruedas. El Gobierno buscaba 2 mil millones de dólares. Los alcanzó justo antes de las Paso.

Pero con la devaluación de ayer, que llevó ese oficial a 365,5 pesos, el anzuelo específico perdió naturalmente su brillo y adelantó la fecha de vencimiento.

De todos modos, se dio una paradoja porque el mejor tipo de cambio oficial respecto del dólar especial no generó movimientos comerciales. La incertidumbre fue mayor. ¿Se terminó la devaluación con el movimiento de ayer o puede haber más? Fue la primera pregunta que más circuló ayer entre quienes tienen maíz en sus campos sin vender. ¿Es cierto que el Gobierno lo mantendrá sin cambios hasta el 22 de octubre, cuando se dé la primera vuelta electoral en el país? Fue la segunda. Sin respuestas ciertas, la decisión entonces fue no arriesgar y esperar. Apenas se comercializaron 0,3 millones de dólares en la jornada con lo cual acumuló 2.127 millones de dólares.

En volumen, desde el 25 de julio que se lanzó, se operaron algo más de 7 millones de toneladas. Ayer hubo un dato más que llamó la atención: aunque el tipo de cambio subió, el precio en la pizarra de Rosario cayó de $62 mil a $58 mil.

La soja y el maíz subieron en Chicago, mientras que el precio del trigo cayó

Los precios de la soja y el maíz cerraron ayer con subas en el mercado de Chicago, en una jornada en la que el trigo acumuló su segunda rueda a la baja.

El contrato de septiembre de la oleaginosa aumentó US$ 5,79 (1,17%), hasta los US$ 497,14 la tonelada, mientras que la posición noviembre avanzó US$ 6,80 (1,41%) para concluir la jornada a US$ 487,22 la tonelada.

Los fundamentos de las mejoras radicaron en un repunte técnico de la plaza tras las pérdidas de la semana pasada y en respuesta al ajuste de la cosecha hecho el viernes por el Usda en su informe mensual, de 117,03 a 114,45 millones de toneladas.

Entre sus subproductos, el aceite en su posición de septiembre acompañó al poroto con un avance de US$ 20,28 (1,43%), hasta los US$ 1.434,08 la tonelada, mientras que la harina ganó US$ 28,00 (5,81%) para cerrar a US$ 509,59 la tonelada.

En tanto, el maíz creció US$ 0,49 (0,26%) y concluyó la jornada en US$ 187,29 la tonelada.

“El maíz cerró con ligeras subas en Chicago, pero sin lograr repuntar tras las importantes bajas acumuladas en las 3 semanas previas”, indicó Granar.

Fuente: Diario Puntal